Eran…no
se, creo que las 4 de la mañana, cuando me llegó un mensaje.
Me apresuré en leerlo pensando que era de
Justin, pero era Marina diciendo que me había dejado el pasaporte en su coche.
Tiré el teléfono al suelo y quedó debajo del
escritorio, donde quería estar yo, para que nadie viniera a buscarme. Estaba
cansada, pero no podía dormirme, no quería romper la promesa de Justin, pero al
pronunciar su nombre lo hacía.
Me tumbé en la cama, pensando en la manera
que me afectaba todo y me quedé dormida.
Al día siguiente, nada más levantarme y ver
que no estaba en el hotel, me volvió a entrar la depresión. Me duché,
desayune…bueno, comí, porque eran las 3 de la tarde, y bajé al banco de
siempre, donde me esperaban Marina, Andrea y Belén
Belén:
Ya nos ha contado Marina todo, así que ahorraremos que hables…pero solo di,
¿estás bien?
Carla:
-girándome hacia Marina- ¿Estas tu bien? –Negó con la cabeza- Pues estoy como
tu
Andrea:
Nada de caras largas, los vais a volver a ver, eso es lo que de verdad importa
Seguíamos hablando cuando de repente Belén se
puso un dedo en los labios, indicando que nos calláramos
Belén: creo que he oído algo
–miró a todos lados- Creo que alguien nos vigilia
Cada una miró en una dirección
distinta y Andrea, sin decir nada, señaló detrás de un árbol
Belén: Tú, quien quiera que
seas, sal, que te hemos visto- Nada más decir esto, salio una chica rubita, de
estatura media y con la cara baja- ¿Nos estabas espiando?
X: Es que…-mirando a Marina-
¿Estás con Ryan? –no esperó a que esta le respondiera porque me miró a mi con
cara de odio- ¿Y tu con Justin?
Carla: No…y no
X: Entonces, ¿Qué significa
esto? –nos enseñó una foto de ayer en el avión donde se veía el beso y otra de
Marina y Ryan saliendo cogidos de la mano del hotel
Andrea: Creo que es su vida
privada, a ti no te incumbe para nada
X: Es Justin Bieber, por
supuesto que me incumbe- Bueno, sabia que si seguía así, acabaría por
arrancarme los ojos y hacerse un par de pendientes con ellos
Marina: Mira maja, ese no es
Justin, por favor, mira que pintas lleva y el otro no es Ryan, demasiado
delgado –sonrió ampliamente, cogiéndonos a todas como pudo y arrastrándonos
hacia delante- Ui, nos llaman para cenar
X: Yo no escucho nada
Marina: ¿No? Pues…deberías…ah,
cuidado con el hombre que hay detrás de ti- la niña se quedó flipando y
nosotras echamos a correr
Acabamos en la planta baja de Dani, el novio
de Belén, que siempre estaba dispuesto a abrirnos en los peores casos.
Dani: ¿Qué ha pasado ahora?
Belén: Nada cielo –le dio un
beso tierno en los labios cuando llamaron a la puerta. Eran los amigos de Dani,
Ángel, Rafa y Álvaro. Giré la cabeza por completo. Mierda mierda y mierda.
Ángel era el chico que me gustaba desde hacía
un montón de tiempo. Si, estoy con Justin, pero al verle me daba un vuelco el
corazón.
Se acercó a hablarme. Bueno,
¿estas de coña? Debería ser una broma, él, hablarme, ¿a mi? ¿Desde cuando?
Ángel: Hola –sonrió tímido y
yo solo moví la cabeza- ¿Cómo te va todo?
Carla: Bastante bien…-tenía
algo dentro que quería decírselo, y abrí la boca para hacerlo pero me callé
Ángel: me alegro –se iba a ir,
pero le cogí de la mano para que se diera la vuelta
Carla: Escucha, no te gustaba,
¿Por qué ahora vienes y me hablas como tal cosa? Nunca antes lo has hecho
Ángel: no se, me apetecía
Carla: Ah, ya…Claro –vi como
una silueta en la ventana, y al girarme desapareció.
“Me estoy volviendo paranoica”
-pensé
Pasamos como 10 horas más allí
dentro, porque siempre teníamos algo que hacer, como jugar al Twister,
intercambiar miradas y sonrisas, reírnos y pasárnoslo bien.
Llegué a casa como a las doce,
y cuando entré en mi habitación sonó el móvil. Ostia, seguía bajo la mesa… ¡No
me había acordado!
Me lancé para cogerlo y llegue
justo para que no colgaran
Carla: ¿Si? –dije jadeando
Justin: ya era hora de que me
cogieras el teléfono, ¿no te parece? La una que es
Carla: Aquí son las doce
Justin: ¿Y que hacías a estas
horas sin el móvil encima? Que susto me has dado
Carla: Pasar el rato, pero eso
no importa, ¿Qué tal el concierto?
Justin: Genial, las fans de
aquí son maravillosas –quedó un momento callado- Te hecho de menos –no me dejó
decir nada- ¡ESPERA! ¿Por qué no hacemos un video llamada desde el Messenger?
Estuvimos un par de horas hablando, hasta que
me di cuenta de la hora que era y le dije que tenía que descansar
No llevaba ni dos días
saliendo con él y sin verle, y ya le necesitaba como un globo necesita aire.
Algo me quitó de mis
ensoñaciones… ¿Quién tiraba piedras a mi ventana un sábado a las dos de la
madrugada?
¡CONTINUARÁ!
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MUCHLOVE (L)
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