Al salir de la habitación Justin salía de la
suya y se quedó mirándonos.
Justin: ¿Dónde vais
tan guapas? –sonrió de lado.
Marina: A verte a ti, ¿que te creías? –movió
el pelo y rió. Luego se despidió y se fue en busca de Ryan
Justin y yo nos fuimos fuera y como no
sabíamos a donde ir, decidimos cenar en el Mcdonals, uno de los sitios más
románticos del universo (que se note la ironía)
Mientras andábamos, me puse a pensar en mis
cosas, sin importarme lo que sucedía a mí alrededor.
Mi madre me dijo que nos portáramos bien, más
que nada porque sabía que cuando salíamos de fiesta, no nos controlábamos, pero
como no estaban las demás, no había
motivo para desmadrarse. Bueno, en realidad si…Estábamos con Justin. Reí para
mis adentros. Menuda gilipollez acababa de pensar
Alguien chasqueó los dedos delante de mi cara.
Odiaba que me hicieran eso
Justin: Eh, ¿te
pasa algo? No has dicho nada en todo el rato
Carla: ¿Cómo que en
todo el rato? Si no han pasado más de cinco minutos –miré extrañada el reloj.
Vaya…Pues había pasado ya media hora, y estábamos…Delante del Mcdonals- ¿Tanto
hemos andado?
Justin: Pues sí…por
cierto, ¿has oído algo de lo que te he dicho en todo este tiempo? –me miró y yo
me sonrojé
Carla: si te soy
sincera…Nada de nada…-suspiró, luego se encogió de hombros y me abrió la puerta
Al entrar, me di cuenta de que no había casi
nadie, cosa que me extrañó. Era festivo, estábamos en EEUU, donde a la gente le
suele encantar la comida rápida, y…Bueno, allí había…unas 10 personas, contándonos
a Justin y a mí.
Justin: mira, más
tranquilos –se quitó la gorra y fue a pedir sus cosas y las mías.
Insistió bastante en pagarme la cena, pero yo
me negué y así estuvimos un buen rato, pero al final cedió. A cabezona no me
gana nadie.
En la mesa…
Justin: Bueno,
hagamos un cambio de papeles, yo te entrevisto a ti y tu me contestas –me miró
esperando una respuesta y yo asentí- Veamos… ¿Qué te llevarías a una isla
desierta?
Carla: -pensado la
respuesta- un genio de la lámpara –sonreí-
Justin: ¿Para qué?
Solo conceden tres deseos
Carla: lo se, pero pediría
pedir todos los deseos que quisiera
Justin: eso es
trampa –rió
Carla: no lo es, sigue
siendo un deseo –me uní a sus risas y me dio la razón- ¿Y tu que te llevarías?
Justin: Eh, estamos
con TU entrevista, ¿recuerdas? –sonrió y yo bufé, tirándole una patata frita-
No se juega con la comida, ¿eso tampoco te lo han enseñado? –me tiró una a mi
Carla: Me vas a
tener que enseñar modales, don perfecto –reí
Estuvimos un rato hablando y riendo, hasta que
nos dimos cuenta de la hora y salimos de allí
Justin: ¿sabes? Me
gusta poder hablar contigo sin que te pongas histérica o empieces a preguntarme
–se puso la sudadera otra vez, ya que fuera empezaba a hacer frío-
Carla: Vaya,
gracias –sonreí de lado y andamos hacia el hotel-
Justin: ¿Nerviosa
por el concierto? –alzó las cejas sonriendo
Carla: Aún es
dentro de dos días, pero…si, no se, aunque ya he hablado contigo soy belieber,
y un concierto es un concierto –Subí la cremallera de mi chaqueta y Justin
cogió mi mano y mi reacción fue sonrojarme…otra vez
Justin: ya sabia yo
que estabas congelada, anda, ven aquí –me acercó a el y frotó mis manos con las
suyas para darme calor.
Era raro, porque de normal no suelo estar
fría.
Estábamos en la
puerta del hotel, cuando se vio un flash y…
¡CONTINUARÁ!
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