domingo, 1 de mayo de 2011

Capítulo 6: No se juega con la comida, ¿eso tampoco te lo han enseñado?




 

 Al salir de la habitación Justin salía de la suya y se quedó mirándonos.

Justin: ¿Dónde vais tan guapas? –sonrió de lado.
 Marina: A verte a ti, ¿que te creías? –movió el pelo y rió. Luego se despidió y se fue en busca de Ryan

 Justin y yo nos fuimos fuera y como no sabíamos a donde ir, decidimos cenar en el Mcdonals, uno de los sitios más románticos del universo (que se note la ironía)
 
   Mientras andábamos, me puse a pensar en mis cosas, sin importarme lo que sucedía a mí alrededor.
 Mi madre me dijo que nos portáramos bien, más que nada porque sabía que cuando salíamos de fiesta, no nos controlábamos, pero como no estaban  las demás, no había motivo para desmadrarse. Bueno, en realidad si…Estábamos con Justin. Reí para mis adentros. Menuda gilipollez acababa de pensar

 Alguien chasqueó los dedos delante de mi cara. Odiaba que me hicieran eso

Justin: Eh, ¿te pasa algo? No has dicho nada en todo el rato
Carla: ¿Cómo que en todo el rato? Si no han pasado más de cinco minutos –miré extrañada el reloj. Vaya…Pues había pasado ya media hora, y estábamos…Delante del Mcdonals- ¿Tanto hemos andado?
Justin: Pues sí…por cierto, ¿has oído algo de lo que te he dicho en todo este tiempo? –me miró y yo me sonrojé
Carla: si te soy sincera…Nada de nada…-suspiró, luego se encogió de hombros y me abrió la puerta

 Al entrar, me di cuenta de que no había casi nadie, cosa que me extrañó. Era festivo, estábamos en EEUU, donde a la gente le suele encantar la comida rápida, y…Bueno, allí había…unas 10 personas, contándonos a Justin y a mí.

Justin: mira, más tranquilos –se quitó la gorra y fue a pedir sus cosas y las mías.

  Insistió bastante en pagarme la cena, pero yo me negué y así estuvimos un buen rato, pero al final cedió. A cabezona no me gana nadie.
 
En la mesa…

Justin: Bueno, hagamos un cambio de papeles, yo te entrevisto a ti y tu me contestas –me miró esperando una respuesta y yo asentí- Veamos… ¿Qué te llevarías a una isla desierta?
Carla: -pensado la respuesta- un genio de la lámpara –sonreí-
Justin: ¿Para qué? Solo conceden tres deseos
Carla: lo se, pero pediría pedir todos los deseos que quisiera
Justin: eso es trampa –rió
Carla: no lo es, sigue siendo un deseo –me uní a sus risas y me dio la razón- ¿Y tu que te llevarías?
Justin: Eh, estamos con TU entrevista, ¿recuerdas? –sonrió y yo bufé, tirándole una patata frita- No se juega con la comida, ¿eso tampoco te lo han enseñado? –me tiró una a mi
Carla: Me vas a tener que enseñar modales, don perfecto –reí

 Estuvimos un rato hablando y riendo, hasta que nos dimos cuenta de la hora y salimos de allí

Justin: ¿sabes? Me gusta poder hablar contigo sin que te pongas histérica o empieces a preguntarme –se puso la sudadera otra vez, ya que fuera empezaba a hacer frío-
Carla: Vaya, gracias –sonreí de lado y andamos hacia el hotel-

Justin: ¿Nerviosa por el concierto? –alzó las cejas sonriendo
Carla: Aún es dentro de dos días, pero…si, no se, aunque ya he hablado contigo soy belieber, y un concierto es un concierto –Subí la cremallera de mi chaqueta y Justin cogió mi mano y mi reacción fue sonrojarme…otra vez
Justin: ya sabia yo que estabas congelada, anda, ven aquí –me acercó a el y frotó mis manos con las suyas para darme calor.
   Era raro, porque de normal no suelo estar fría.
Estábamos en la puerta del hotel, cuando se vio un flash y…



¡CONTINUARÁ!

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